9 de julio de 2015

Cultura basura, cerebros privilegiados (Steven Johnson)

Johnson sostiene que en un universo plagado de entretenimiento generalizado, que apunta, intelectualmente hablando siempre hacia arriba, la cultura popular de hoy obliga a sus consumidores a realizar tareas cognitivas: tomar decisiones rápidamente y plantear estrategias a largo plazo en el caso de los videojuegos de rol, o llegar a manejarse en el entorno virtual de Internet.

Incluso la tele-basura es más compleja y estimulante en términos de complicación del “argumento” y exigencia de atención por parte del espectador como en los casos de Supervivientes o Gran Hermano, programas que habitualmente se citan como ejemplos claros del declive cultural.


Me llamó la atención el libro porque en casa se consume mucha televisión y algo de videojuegos, y la verdad, quería no sentirme tan culpable por dejar a los niños delante de los aparatos.

La lectura del libro deja un sabor agradable. Como en el taller de Laura Mascaró, La desescolarización interior (que recomiendo mucho), en que no se deja de recordarnos que el aprendizaje está en todas partes, el libro de Johnson dice también algo así.

como dice John Dewey en su libro Experiencia y educación: "Quizá la mayor de todas las falacias pedagógicas es la idea de que una persona aprende sólo la cosa concreta que está estudiando en el momento. El aprendizaje colateral, en lo concerniente a la formación de actitudes perdurables, a las preferencias, puede ser, y a menudo es, mucho más importante que la lección de ortografía, de geografía o de historia, pues son estas actitudes las que realmente contarán en el futuro".

El autor deja claro que no se trata de dejar de lado los libros u otros exponentes culturales más, digamos, antiguos, pero sí que los avances tecnológicos están mejorando la capacidad intelectural de la masa de gente. Videojuegos, internet, series y programas televisivos, y el cine (quizás en menor grado) han modificado patrones cognitivos, haciéndose más complejos y "arrastrando" a la gente a pensar más y mejor, en cierto sentido.

la cultura está volviéndose intelectualmente más exigente, no menos.

y

La cultura popular no literaria está perfeccionando de forma gradual diferentes habilidades mentales tan importantes como las ejercitadas en la lectura de libros.

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